jueves, 10 de diciembre de 2009

► Parte de tí

Guardas en tu interior tanto sentimiento que por tus venas discurren, sin detenerse, incontables emociones impresas en tantos recuerdos de momentos que marcaron tu existencia. Sin que puedas evitarlo, cada una va a parar finalmente a tu corazón y entonces afloran al exterior aunque no quieras. Te sientes vulnerable por las sensaciones que en ti evocan, ignorando tus esfuerzos por darles la espalda y continuar adelante.


No te das cuenta de que en realidad todas esas emociones forman parte de ti, y tus miedos sólo son fruto de tu incapacidad para aceptarlas como tal. Es la forma en que tratamos de protegernos de aquello que nos afecta la que nos aleja de enfrentarlo y poder así, al menos en parte, superarlo.
No quiero decir que todo pueda olvidarse con el tiempo, pero nos basta con poder cambiarlo de lugar en la memoria. Pasar página y entender que nadie más que nosotros escribimos el siguiente capítulo de la historia de nuestra vida.


Lo malo y lo bueno de una vida que te ha hecho tal como eres ahora, que te ha dado y te ha quitado tanto. Una vida que se nos va en cada aliento, en la que con el paso de los años advertimos como cada instante se escurre como el agua entre los dedos. Mirar hacia atrás es necesario a veces, para entendernos a nosotros mismos y repasar nuestros logros y fracasos. Para hacer uso de la experiencia que ganamos a través de ellos y no caer en los mismos errores. Sabiendo que los reproches y el arrepentimiento sólo contribuyen a sentirnos desgraciados en lugar de agradecidos por el tiempo que aún tenemos para de nuevo tomar el rumbo y darle sentido a nuestra vida.
Mirar hacia atrás sin perder nunca la vista a lo que tienes delante, sin menospreciar lo que aún puedes hacer si encuentras la voluntad y dejas a un lado aquello que te lleva a pensar que no podrás, que no eres capaz.


Aparta tus dudas, sabes que la aflicción no repondrá lo que ya has perdido. Pregúntate una vez más qué es lo que quieres, qué te haría sentir bien y ve a por ello sin miedo a lo que pueda esperarte tras esa puerta. Ahora, más que nunca, arriésgate a ser al menos un poco más feliz. Los problemas que eso conlleve los enfrentarás con más fuerza si tienes razones para hacerlo, si sabes que vale la pena por lo que te aporta.


Por favor no olvides que nadie puede vivir tu vida por ti, y en realidad a pesar de los consejos nadie mejor que tú sabes lo que necesitas, lo que te llena y lo que sientes.
Yo espero que las emociones que sigue bombeando ese gran corazón te acerquen cada vez más a la orilla de esa playa, a otro atardecer reflejado en tus ojos, que para ti traiga los mejores y más felices recuerdos, al rincón de este mundo en el que por fin puedas sentirte bien contigo misma, bien en tu interior.


Y espero que recuerdes que al mirar a un lado, me verás también allí. Orgulloso de ti.

No hay comentarios: