viernes, 26 de junio de 2009

► Tú nombre


Me acuerdo y me da lata. Pensar que la última vez que te vi fue hace 1 año, -vaya, como pasa el tiempo.


Tú ya no eres tema, quedaste en ese pasado lleno de infinito amor y todo esta superado, te arranqué de mi memoria y vida para siempre. Recuerdo que contigo todo fue mágico y único; simplemente nos enamoramos de la nada, fue perfecto, nos encontramos en un momento de nuestras vidas que necesitábamos cambios, refugio y piel. Compartimos aventuras, penas, alegrías e invenciones que adorábamos. Minutos de silencio, simplemente para mirarnos y regalonear, mientras el sonido del viento nos envolvía y nos hacía uno.


Yo positiva y tu negativo, la combinación rara, casi perfecta, aunque muchas veces terminaba chata y quería mandar todo a la mierda, pero no podía, tenía una responsabilidad que debía cumplir hasta que lo nuestro se terminara (jamás pensé seguir siendo amiga tuya después de todo). ¿Paciencia? Si, tuve y tengo mucha, pero me pone contenta saber que logré apagar un poco ese dolor y te entregué tranquilidad. Siempre te hacía reír con mis cosas simples y sencillas, con mis tonteras y palabras inventadas y todo aquello que me caracteriza. Reconozco que amaba verte feliz, ver tu sonrisa destellante y única en ese rostro infantíl todo el día, -era impagable.


Reconociste que fui la única que te aceptó tal cual y que nunca quise cambiar cosas de ti, que simplemente quería darte felicidad y un poco de color a tu vida y a tus días mientras estuviéramos juntos, -y así lo hice. Dejaste de ser ese hombre frío, calculador, desconfiado, lleno de odio y dolor; aprendiste a hablar del pasado como prueba de vida y a tomar mis palabras como cambios en tu vida; entendiste la importancia de llorar sin dar pena y a luchar por tus ideales y sueños. Te regalé una y mil noches para estar lejos de todos, querermos en la inmensidad de la noche y ver ese amanecer que tanto nos gustaba ver; mi hombro fue tu mejor amigo para esas lágrimas del recuerdo de "ellos", siempre tuve la palabra exacta para tus bajones y ambos éramos felices con muy poco.


Una vez me dijiste "que eras afortunado por tener a alguien como yo, que te amaba, soportaba, admiraba y respetaba a pesar de todo... como una mujer tan bonita, inteligente, dulce, tierna y encantadora, se podía enamorar de un hombre que simplemente tenía su sombra..." -Si, harto afortunado fuiste.


Juntos conocimos ese dolorcito en la guatita cada vez que nos veíamos, besábamos y acariciábamos. Nuestro amor fue tan grande y a pesar de haber terminado mal, lo recordamos y nos preguntamos "por qué!". Dicen que lo bueno siempre tiene un final, -nunca me dijeron que sería un final malo- pero bueno, no me arrepiento de nada. Creo que lejos, lo mejor, fue nuestra comunicación, hablar lo que sentíamos, lo que queríamos, lo bueno y lo malo.


Después de haber terminado decidimos conversar, a pesar de que las cosas entre nosotros no iban a cambiar, te juro que jamás pensé en volver contigo, fue demasiado, me hiciste mucho daño, sufrí como nunca y lo más cómico es que me juraste no hacerme sufrir, que irónico, ¿no?. Me sentía pésimo, sé que lo pasaste mal también, pero no podía volver, no podía estar en tu vida otra vez después de tantas cosas; pero ya sane por completo, aprendí a tener más cuidado y gracias a eso, hoy soy una mujer más cautelosa y algo esquiva.


Ya no siento rabia ni odio, claro, si han pasado 2 año y algo sin cruzar palabra y me siento demasiado bien, no me duele el corazón como antes. Pero sinceramente, es una lata y evito hablar o recordar esos 2 años de enamoramiento, obvio si fuiste tú quien eligió el final de nuestra historia.

No hay comentarios: