martes, 2 de junio de 2009

► Sexymetro Presidencial

Dicen que el poder es afrodisiaco, especialmente para las mujeres que, casi siempre, prefieren un cavernícola solvente a un neandertal hot.
Eso, al menos, opinan los científicos, y algo de razón tendrán, porque de otra forma no me explico cómo mi amiga "C" anda encontrando buenmozo a cualquier político con ganas de sentarse en La Moneda.
Lo supe una tarde, cuando una frase de "C" me devolvió por unos minutos el interés en la política.
-Alejandro Navarro tiene algo, como misterioso -dijo al pasar, mientras con una mano hojeaba el diario y con la otra sostenía su café.
-Es bien rara su candidatura -respondí.
-No entendíste, tonta, me refiero a Alejandro Navarro como hombre, como HOM-BRE.
Entonces recordé cuando el senador estreno su actual melena, mezcla de lonco y principe valiente, y un par de seguidoras le agarró el pelo con devoción. Esa vez, Navarro se limitó a mover la cabellera de un lado a otro, como en un comercial de shampoo anticaspa.
-¿Y qué tal Enriquez-Ominami? -seguí-
-Bueno, Marco es bien regio, FENÓMENO le dicen, por algo será -y mi amiga lanzó una carcajada para celebrar su chistecito.
Claro, es fácil que lo encuentren buenmozo, pensé. Lo principal en estos tiempos es creerse el cuento, y Enriquez-Ominami se cree director de cine, se cree mino y ahora se cree futuro presidente. Basta observarlo mientras se peina el mechóm discolo que cae sobre su frente con un gesto de galán de la nueva ola francesa, de Jean Paul Belmondo reciclado.
-Ahora no me digas que también Frei es buenmozo -insistí, para llevar la conversación a un extremo talibán.
-Bueno, la Martita se ve de lo más feliz.
-¿Y Piñera, qué tal?
-Siempre ha sido tincudo y además, se quitó varios años gracias a una blefaroplastía.
-¿Una qué?
-Una blefaroplastía, o sea, una cirugía que elimina las bolsas y ojeras. Acuérdate.
"C" tenía razón, como olvidar las primeras imágenes posoperatorias del candidato de la Alianza; sus ojos abiertos de congrio coqueto mirando las cámaras de televisión.
-Además -contraatacó "C"-, a muchas viejas les encanta eso de que Piñera tenga el grupo Tantauco -y se puso a cantar; -"¡Tantauco, Tantauco, cuidado que viene el Trauco!".
En este punto, pensé que al café cortado de "C" le habían puesto algo, pero luego entendí que el poder, aunque sólo sea la posibilidad de obtenerlo, es capaz de operar milagros en la mente de algunas mujeres.
-Si quieres, ahora te digo que pienso de Arrate y del colorín, ¿Quieres saber? -me amenazó.
-No, no te preocupes, después de todo, el voto es secreto.
Y, entonces, cambié olímpicamente de tema.

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