martes, 30 de junio de 2009

► Bicho raro

No tengo hijos y hasta ahora no es una prioridad, pero resulta que a ojos del "resto" me estoy quedando placé. ¿Ustedes piensan que son los únicos presionados por la maternidad? No, mis queridos; una no está exenta. La gran mayoria de mis ex compañeras/os de colegio tienen guaguas y en cada junta escucho preguntas como "¿Y tú cuándo?". Y el 99% de las veces los temas en cada reunión con los amigos son la guagua y sus mañas, la guagua y su salud y la guagua no me deja dormir. Las conversaciones telefónicas para armar panorama siempre terminan en un "vengan ustedes, porque no tengo con quién dejar la guagua" o "no puedo salir, porque la guagua está resfriada".

¿Desde cuándo es obligación tener guagua para juntarse con los amigos? ¡Yo los conocí primero! cambiaron sus autos deportivos turbo por coches desmontables, sus noches de carrete por veladas de chupete, la petaca piscolera por la tibia mamadera y el "salgamos el fin de semana" por un "no puedo, porque no tengo nana". La única manera de que un sábado a las 3 de la mañana vea a un amigo fuera de su casa cerca del alcohol es si la guagua se pegó en la cabeza y están en la UTI de alguna clínica. Para que decir el hacer deporte con ellas/os, cambiaron las zapatillas por pantuflas, las raquetas por sonajeros y las pelotas por peluches. Si corren, es para atender al niño que llora o para prender la TV y ver a Barney.

Palabras como "periodo", "ovulación", "días fértiles" y otra, forman parte del glosario de cada junta con mis ex compañeras/os; me han ofrecido 50 libros con títulos como "El Embarazo por Primera Vez", "Los Cuidados del Bebé", "Matronas Deluxe", "En Las Manos del Ginecólogo"... Me han propuesto 25 nombres para un tipo que por ahora sólo se llama OVULO, esperando un espermio llamado XY (si es un él) o espermio XX (si es una ella) o espermio XXX si es una ella libertina, fresca y cochinota; ya me quieren heredar coches, cunas y piluchos, y no falta el bruto que con cuatro años de anticipación ya me tiene amargada con el pago de la matrícula del colegio de mi futuro hijo que en estos momentos no es más que algo lejano.

La pregunta del millón es: ¿Será hora de cambiar de amigos o de tener hijos? No estoy ni ahí con cambiar de amigos, menos si a los mejores los conozco desde que éramos fetos y nos juntábamos a chupar leche a la salida del kinder. Ya tuve en mi vida suficientes viajes, carretes, trasnoches y tiempo libre. ¿Será tiempo de sentar cabeza y pensar en agrandar la familia? Voto que sí... ¡Vamos hermano, dame otro sobrino! =D

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